Los márgenes urbanos son espacios de alta complejidad que frecuentemente se tratan solo como la otra cara de la centralidad, como espacios anormales cuyas características deben ser corregidas, como generadores de problemas que deben ser solucionados. Pero precisamente porque se sitúan en un espacio de margen respecto de las lógicas urbanas dominantes, sus residentes desarrollan sus propios códigos y modos de vida, sus estrategias de supervivencia y son, en muchos sentidos, espacios de resistencia a esas lógicas.